sábado, 27 de febrero de 2016

Y por fin, llegó el día

Y yo, saturada por el nuevo trabajo y la reciente publicación de mi novela, me he visto obligada a esperar al viernes para poder sentarme en el ordenador con tranquilidad y poder escribir las sensaciones que me produce ver a mi hijo recién nacido luchando por emerger en un mundo saturado de títulos.
Aún recuerdo cómo nació Sandra Stevens, entre temarios y horas de estudio. Ella me salvó de enloquecer en medio de una oposición que ha terminado con el mismo éxito que tuvo su terapia. Ahora, tengo una plaza en propiedad y una novela recién salida a la venta.
Gracias, Sandra Stevens, por haberte fraguado en mi saturado cerebro y hacerme llegar hasta aquí. Y gracias a Ediciones B y al equipo del RNR por llevar a cabo mi sueño.
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